22 contra 11. Era imposible perder
Acaba de ocurrir; tras 120 minutos de partido y una tanda de penaltis España ha roto el maleficio de los cuartos de final y ha tenido que ser, precisamente, un 22 de junio. Hacía 88 años que nuestra selección no le ganaba a la de Italia en un partido oficial; fue el 22 de junio de 1930. Domingo. Y con victoria agónica: gol de Vantolrá en el minuto 88 que dejaba el definitivo 2 a 3. Pero desde entonces la maldición de cuartos y el día 22 se dieron la mano para apear a España de diferentes fases finales. Así fue un 22 de junio cuando Bélgica nos eliminó en el Mundial de México 86, el mismo día que Inglaterra lo hizo en la Eurocopa que organizó en 1996 y lo mismo que hizo Corea en su Mundial, en 2002.
En esta ocasión la selección española ha superado esa barrera que suponían los cuartos de final y ante un rival al que la tradición ya nos abocaba a perder practicamente desde que supimos que nos enfrentaríamos a él. Y es que una tradición de 88 años es una tradición de peso. No en vano, muchas cofradías aún no habían sido ni fundadas y ahora las tenemos por algo de lo más tradicional en Almería. En aquel partido acababan de fundar la Borriquita en las Puras pero ni los Estudiantes, ni el Silencio, ni el Prendimiento y, ni mucho menos, las últimas en incorporarse a la nómina de los días santos lo habían hecho. Entonces nuestra Semana Santa era muy diferente con la Borriquita, Angustias, el Entierro y la Soledad. Qué lejos de las 22 cofradías del momento.
Hoy, muchas de esas cofradías que ni existían la última vez que España le ganó a Italia han vivido el partido como un acontecimiento; en muchas casas de hermandad se han reunido los hermanos como lo llevan haciendo durante toda la Eurocopa y como lo han hecho Mundial tras Mundial y Eurocopa tras Eurocopa para ayudar con sus ánimos y, sobre todo, su fe y sus devociones a cambiar la historia. Si con cuatro cofradías le pudimos ganar a Italia, ¿cómo no íbamos a poder con 22?
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