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De capa y de cola


La entrada de Cristo en Bruselas, de James Ensor. 1888-1889

Los nazarenos. Sin duda uno de los grandes problemas en las Hermandades de Almería. No pretendo con este artículo establecer posibles soluciones, pero sí reflexionar sobre la pobre aportación del mundo cofrade de Almería a este respecto. Escuchaba en el programa Pasión de Canal Sur del pasado viernes 15 de febrero al Diputado Mayor de Gobierno de la Hermandad de la Macarena diciendo que un alto porcentaje de sus nazarenos de fila son niños. Y creo que eso es una realidad para la gran mayoría de las Hermandades de Almería. No hay más que echar un vistazo a las filas de nazarenos de nuestras procesiones, a sus formas y maneras, a las hechuras de sus tramos, a la compostura y al saber –o no– estar de muchos de ellos.

Creo que se ha dejado de lado este maravilloso mundo, el que otorga el empaque y el señorío que merece una Hermandad en la calle –amén de su patrimonio, pero quizás ese dependa menos de cada uno de nosotros–. Pienso que la mayoría de los cofrades de Almería hemos caído en el error de olvidarnos de ser nazarenos. Tal vez el problema venga de más arriba, de nuestras Juntas de Gobierno, por no tratar a las filas con el respeto que éstas merecen. Pienso que puede ser un caso parecido al de las cuadrillas de costaleros, donde hay pasos que rozan en la igualá el doble de hombres que calza el paso, y pasos que no consiguen rellenar los huecos que quedan bajo las trabajaderas el día de la salida. Hay quien opina que el problema no es la falta de costaleros, sino la falta de pasos donde se hagan las cosas bien. En el caso de las filas de nazarenos cabe preguntarse si el problema es de la falta de organización por parte de las Juntas de Gobierno –de los Diputados Mayores de Gobierno–, o por el contrario se debe a la falta de iniciativa de los cofrades almerienses. Yo creo que se debe a una conjunción de ambas. Y les voy a explicar por qué.

No hay más que preguntarle a algún capillita de nuestra Almería que si se anima a salir en tu procesión. El 90% te responderá que ya cargan en demasiados pasos como para cargar en alguno más. Y tú, que ni has hablado ni quieres hablar de cargar en ningún lado, te das cuenta que ese 90% de capillitas almerienses ni se plantea otra cosa que no sea el color del costal que van a hacerse o el par de nuevas zapatillas que van a comprarse para fijar bien su zanco. Pero, exagerada por supuesto, esa es sólo una parte de la cuestión. Luego están las procesiones que entre diputados de tramo e insignias juntan más personas que las que hay en las filas con cirio. También hay capirotes de mil alturas diferentes, capas con las vueltas de una manera unos y de otra manera otros, niños en la fila con cirios más altos que ellos, nazarenos vueltos de espaldas mirando la revirá del paso de palio… En fin un largo etcétera donde se mezclan dejadez por parte de las Juntas de Gobierno y desinterés o incultura del cofrade de a pie.

Y creo que el mayor de todos los problemas es el desinterés, más incluso que el de la incultura cofrade. Al fin y al cabo el segundo caso es perfectamente solucionable con un par de buenos consejos de gente que sabe del tema y con unos cuantos años de amoldamiento por parte de los cofrades de la Hermandad. Pero el tema del desinterés, de la desgana, del qué más dará así que asao… tan impropios de lo que la palabra cofrade significa entre la jerga de los que llevamos esto tan dentro, es lo que verdaderamente dinamita este universo. Y lo vemos reflejado, cada año, en cortejos vacíos de alma, de criterio y de sentido.

En lugar de aceptar los tan sanos y enriquecedores relevos tanto generacionales como conceptuales –al fin y al cabo las formas de enfrentarse y de entender este mundillo no dependen tanto de la edad como de la educación cofrade que hemos recibido cada uno–, se dedican algunos a ningunear y a subestimar a la tan necesaria savia nueva que, aunque quiere, le falta espacio para florecer en este ya renqueante y viejo bosque repleto de malas hierbas. Y la prueba de ello la tenemos en que, flores que debieron ser autóctonas, hoy florecen y enriquecen otras tierras.


Álvaro Blanes Pérez

9 comentarios

José Ramón Suárez Ortiz dijo...

No veo mal el artículo, todo lo contrario; expones una realidad. Pero yo vería más interesante un articulo explicando qué relación puede tener la obra que lo ilustra, La entrada de Cristo en Bruselas, de James Ensor, con el artículo en sí.

Post Scriptum O si la presencia de esta particular Borriquita tiene más sentido que la mera estética.

José A. Peralta dijo...

"niños en la fila con cirios más altos que ellos"

Ojala esto fuera generalizado en todas nuestras cofradias.

Y sobre los nazarenos vueltos de espaldas viendo la revira del palio, creo que es factible y permitible a hermandades de cierto caracter.

La falta de nazarenos y la presentación de estos en la calle es uno de los mayores retrasos de nuestra semana santa, pero creo que el segundo caso se va subsanado cada vez mas.

Un Saludo

ceroferario dijo...

trsitemente, Almería no se caracteriza por su alto número de nazarenos, ni sus largas filas... cosa que creo que en muchas ocasiones viene motivada por el parón, aunque si es cierto que la presencia de los pocos nazarenos suele ir a mejor, cada vez se cuida más la estética del cortejo, así como pequeños detalles que son los que engrandecen una cofradia.
Pero como en todo hay hermandades y hermandades, las hay que superan la media pero dejan mucho que desear en cuanto a compostura, y las hay con una nómina mediocre y una puesta en escena impecable.

En fin, yo soy de la opinión de que más valen 5 parejas en condiciones a 20 a a su aire.

Un artículo muy bueno
saludos

alvaro dijo...

Espero saber resolver tu duda, amigo Tertvlio, del por qué de la relación entre la obra de James Ensor y el artículo De capa y de cola.

Lo primero sería observar el cuadro y ver qué podemos sacar en claro de él. El autor nos viene a representar cómo sería un Domingo de Ramos en los tiempos en que fue pintada la obra (1888-1889). Vemos, efectivamente, a Jesucristo a lomos de una borriquita en el centro del lienzo, precedido por fanfarrias y por el pueblo llano que enarbola banderas y pancartas con absurdos eslóganes representando lo que vendría a ser una fiesta socialista (Vive la Sociale, podemos leer en la parte superior). De esta manera el autor nos presenta la situación como una gran farsa, como una secuencia de extravagancias y un espectáculo de muecas de mofa y escarnio (véase, por ejemplo, la parte inferior del cuadro en lo que vendría ser la primera fila de la multitud) que pueblan el gran lienzo en un ambiente de excitación carnavalesca de feria y desenfreno.

De tal modo que la obra podríamos relacionarla con el artículo de dos maneras. Una, la evidente. Jesús y su asno vendrían a ser un paso de nuestra Semana Santa y las gentes de alrededor mostrarían el sinsentido de unos cortejos no acordes con la seriedad o el decoro que cabría esperar en la situación y que, como comprobamos cada año, hacen que el pueblo acabe mimetizándose con el carácter y la imagen que da o quiere dar cada Hermandad en la calle. La segunda manera (más a juicio de la imaginación de cada cual) podría ser la sensación de desconfianza, de desprecio incluso entre las masas, que poco les importa quién o qué origina toda esta locura. Jesucristo, a lomos de su humilde asno y, podemos suponer, consciente de todo cuanto le rodea, se resigna y eleva el brazo derecho en lo que podría ser una bendición a las masas. O tal vez un perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Codina dijo...

El problema de los nazarenos no es solo en Almería, está extendido en muchos pueblos y ciudades.

A mi me hace mucha gracia cuando se utiliza la palabra "captación de nazarenos", como si se buscasen socios para llenar el campo de un equipo de fútbol. El nazareno debe salir a hacer Estación de Penitencia, y saber el por qué de lo que está haciendo y el significado de ser nazareno; sentir y vivir ese dia.¿Para que queremos a nazarenos que vayan ese día a darse un paseo? ¿para que el cortejo se vea mas grande? ¿para que impresione más el cortejo de tal hermandad por su número de nazarenos que no saben ni el significado de hacer Estación de Penitencia?. Esto es caer en el mismo error una y otra vez.

El nazareno es parte esencial e imprescindible en la Estación de Penitencia, le da sentido a la salida procesional.El principal problema es que se ha perdido la cultura nazarena dentro de las cofradias. No se cuida en muchas(ojo, no todas) el papel de vital importancia de la figura del nazareno.Si la figura del cofrade no se educa de una manera correcta desde pequeño, hay un elevado porcentaje de que deja la fila en la adolescencia, y es eso lo que esta ocurriendo en la actualidad. Ahora lo que "mola" en muchas personas es ser costalero y/o portador,tener un puesto de relevancia en la hermandad, ser diputado de tramo, etc... Para muchos salir de nazareno sería como un "castigo". No hay que olvidarse que la sociedad actual es muy cómoda y prefiere ver la procesión a formar parte de ella como nazareno.Otro problema que comentan más arriba son los insufribles parones, algunos obligados por la falta de costaleros (lógicamente tienen que descansar), y otros por la falta de previsión a la hora de organizar el desfile procesional.

No debemos olvidar que los nazarenos forman parte de la belleza de la Semana Santa, y su cuidado y preparación dentro de la hermandad desde los inicios es esencial para que sientan lo que hacen ese día.

Salir de nazareno no es como ser socio de un equipo de futbol, un nazareno tiene que tener una premisa fundamental y consolidada a los largo de los años: Fe.

Un saludo

José Ramón Suárez Ortiz dijo...

Varias cosas. La primera es confirmar lo que ya decía: mucho más interesante la explicación que el artículo en sí. Gracias, Álvaro. La segunda es que, a bulto, comparto el 90% de lo dicho por Codina.

Y ya puestos, una tercera. Creo que se lo he leído a ceroferario y lo comparto: puede que no se saque un gran número pero no hay que olvidar que algunas (muchas o pocas, según) cofradías se preocupan cada vez más por la "presentación" de los que salen.

Post Scritpum La Cena, los Ángeles, el Perdón, el Prendimiento, el Silencio o la Caridad son buenos ejemplos de esto que digo.

Kiski dijo...

Yo creo que todo se debe a la tradición.

En Granada me comentaban hace poco que las cofradías superan los 100 nazarenos a duras penas y ninguna llega a los 200.

Sin embargo en Huelva hay tres cofradías que sacan hasta mil siendo más pequeña que Granada y Almería.

En Jerez apenas superan los 300 y en Córdoba también las cofradías llevan pocos nazarenos.

Quizás es que nos fijamos demasiado en Sevilla, o quizás es que no tenemos la suficiente perspectiva para entender que quizás, un cortejo de 150 nazarenos en Almería, Semana Santa carente o al menos con muy poquita tradición y no mucho calado en la ciudad, es más que aceptable.

Por otra parte, partiendo de lo que yo conozco que no es mucho de la Semana Santa de ALmería en la calle, la compostura de los nazarenos no es nada mala, aunque sí hay detalles que cuidar como zapatos o bocamangas.

Un Saludo

ceroferario dijo...

Aparte de esos detalles que nombras kiski, hay que añadir tunicas con bajos descosidos, nazarenos con la túnica por las rodillas, con o sin capa...

Pero la compostura en parte de las cofradías es pésima, de esta Semana Santa te puedo citar algunso casos, pero no es lugar, además que la culpa no es enteramente del nazareno, porque el que lo hace no suele tener mucho conocimiento cofrade, el problema está en esos diputados de tramo así como los mayores de gobierno que no corrigen y enseñan al nazareno a que si hay un paron no se puede sentar en la acer y dejar el cirio en la pared apollado.

saludos

Anonymous dijo...

normal que queremos si tenemos o hemos tenido hermanos mayores que van de capataces o costaleros, priostes pavileros, teneientes de hermano mayor pavileros, etc., etc.,
normal silos que tienen qeu ir de nazarenos no van , pues al resto ajos y agua